CCOO Defendemos tus derechos

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jueves, 30 de agosto de 2012

31/8/12 Concentración ante el Ministerio de Hacienda

31/8/12 Concentración ante el Ministerio de Hacienda
PDF con el comunicado InfoFax de CCOO en ENLACE 1

Contenido del InfoFax:
29-08-2012

Viernes 31 de agosto de 2012, 11 horas 5a movilización del mes
de agosto ante el Ministerio de Hacienda, Alcalá, 9


Estimados compañeros y compañeras:
Continuando con el calendario de movilizaciones para este mes de agosto, os informo del acto previsto para el próximo viernes 31 de agosto, en línea con las movilizaciones acordadas por la Cumbre Social en su reunión del pasado
mes de Julio para confluir en la gran marcha a Madrid del 15.S.
Los motivos de las movilizaciones son claros: los brutales recortes y la nefasta política económica de Esperanza Aguirre y de Mariano Rajoy.
Reiterar aquí los bestiales recortes emprendidos por Rajoy están afectando
especialmente a las personas en paro y los trabajadores públicos, como
vertebradores del Estado que son. Y a todo ello, se une la práctica derogación
encubierta de la Ley de Dependencia, con las reducciones que sufre en
subvenciones y la desaparición de prestaciones a las personas cuidadoras.; así como el ataque frontal a pensionistas con el pago de medicamentos; o una fiscalidad cada vez más injusta, e insolidaria como evidencia la brutal subida
del IVA, que entra en vigor el 1 de septiembre y que nos va a afectar
especialmente al bolsillo de los trabajadores, material escolar, transportes, gasolina, etc.

Es por ello por lo que volvemos a pedir la colaboración y participación de
cuantos compañeros y compañeras podáis asistir para que quede claro que
nuestros actos son lo más masivo posible, a pesar de la fecha que es.
Como es habitual, os pido en nombre de CCOO de Madrid, deis traslado al
conjunto de la afiliación y resto de compañeros de trabajo este nuevo acto
reivindicativo.

CONTRA LOS RECORTES DEL GOBIERNO RAJOY Y ESPERANZA AGUIRRE...
Os esperamos en el Ministerio de Hacienda a las 11,00 horas del próximo
viernes.


Sin más recibid un cordial saludo.

Francisco Naranjo Llanos
Secretario de Comunicación


http://www.ccoomadrid.es




miércoles, 29 de agosto de 2012

La eficacia de la Administración pública

Artículo publicado por nuestro querido compañero Andres Villalba Anguas en El País de 17 de enero de 1994.
La figura del empleado público nunca ha gozado de buena prensa en nuestro país. Sin embargo, a nadie se le debiera escapar que, desde los tiempos del ya manido "vuelva usted mañana" de Mariano José de Larra, hasta nuestros días, se ha producido un importante proceso de transformación en nuestra sociedad, al que ni siquiera la Administración ha podido escapar.Al Estado autoritario y burocrático del franquismo, heredero de otras formas estatales igualmente autocráticas que consideraba a los ciudadanos como meros súbditos, le ha sucedido afortunadamente un nuevo modelo democrático -aún en proceso de desarrollo- que ha redefinido las relaciones entre la función pública y los ciudadanos. Los empleados públicos desempeñan su función por encargo de estos últimos, que son, en última instancia, sus empleadores. De ello, tanto unos como otros somos cada vez más conscientes.

Por otra parte, el desarrollo económico y cultural de la sociedad ha hecho que los empleados públicos gocen de una preparación profesional muy superior a la de épocas pasadas, como ocurre en el conjunto de la población trabajadora.

Sin embargo, la opinión pública, y no digamos la opinión publicada, sigue percibiendo al empleado público, y a la Administración en su conjunto, como el paradigma de lo ineficaz y anticuado. Esa visión es injusta y contraproducente para el perfeccionamiento del Estado democrático y el buen servicio de éste a los ciudadanos.

El empleado público es un trabajador igual que cualquier otro de nuestro país; el resultado de su trabajo (los servicios que presta a los ciudadanos) está sujeto a las mismas vicisitudes que cualquier otra institución privada: la capacidad de sus directivos, las inversiones en tecnología, la cualificación y motivación de sus recursos humanos, etcétera. La opinión pública habitualmente no se pregunta qué responsabilidad tienen los trabajadores del sector privado en la marcha de sus empresas, pero sí suele categorizar que los empleados públicos no cumplen correctamente su función.

Conceptos tan actuales como eficacia, calidad, productividad o rentabilidad, niveles retributivos, estabilidad en el empleo, etcétera, deberían utilizarse para analizar con un poco más de rigor el trabajó y la situación laboral de los empleados públicos.

El funcionamiento de la Administración pública, que es muy grande y diversa, es bastante desigual, aunque los empleados públicos, sin embargo, son muy parecidos entre sí en lo sustancial, toda vez que su selección, formación y retribución ion muy homogéneas. Cabría preguntar entonces ¿a qué se debe la diferente eficacia entre los diversos organismos estatales? La respuesta es sencilla y es la misma que en el sector privado: la eficacia depende -en lo esencial- de la dirección que éstas tengan y de los recursos disponibles.

En los organismos estatales donde existe una buena organización, y están dirigidos por personas medianamente razonables y preparadas, el servicio a los ciudadanos puede ser tan bueno como el que las entidades privadas puedan ofrecer.

Por ejemplo, la Administración de la Seguridad Social -a la que pertenece el autor de este artículo-, dicho sin ánimo de afirmar que sea el no va más de la eficacia, ni que constituya un caso excepcional entre los organismos públicos, ha venido mejorando en los últimos años su organización (bien es cierto que bajo la presión sostenida del personal), habiéndose conseguido un notable avance que merece la pena que se conozca.

Esta Administración tiene entre otras tareas la recaudación decuotas a la Seguridad Social y la tramitación de las prestaciones por jubilación, viudedad, invalidez, incapacidad laboral transitoria y protección familiar. Pues bien, una de estas prestaciones, la de jubilación, que en diciembre de 1987 contaba con un tiempo medio de tramitación de 78 días, en junio de 1992 se había reducido a 26 días. Los artífices de esta mejora en el servicio a los ciudadanos son empleados públicos cuyos salarios reales no sólo no han mejorado en la última década, sino que han disminuido abiertamente desde enero de 1993 y están amenazados de nuevos recortes.

En cuanto al esfuerzo para mejorar la recaudación, basta con consultar a cualquier empresario para saber el rigor y la agilidad con que se están tramitando los apremios cuando no se realiza en tiempo y forma el pago de las cuotas.

Es obvio que no todo el éxito de este avance es atribuible a los empleados públicos (funcionarios y contratados laborales). Ha existido una apreciable inversión en medios informáticos que han facilitado el trabajo. Sin embargo, el diseño de los medios, la simplificación del proceso documental, el manejo y mantenimiento diario de esos instrumentos lo ha realizado el personal.

En 1992, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) efectuó 24.501.564 actos administrativos relacionados con clientes, es decir, con personas que demandaron sus servicios. Esta cifra es equivalente a que, al menos una vez en el año, todos los ciudadanos mayores de 18 años han sido atendidos por alguna oficina del INSS. La opinión que esos ciudadanos han manifestado sobre el trato recibido, y sobre el tiempo de tramitación de sus asuntos, es la siguiente (según una encuesta realizada por el propio INSS, cuya fiabilidad puede ser fácilmente contrastada por las personas que estén interesadas): un 82,9% consideró correcto el tiempo de tramitación; un 12%, algo largo, y un 4,5%, demasiado largo. En cuanto al trato recibido, el 95,9% lo estimó positivo, y tan sólo un 1,8%, incorrecto. Estos datos indican que aunque los empleados públicos no sean perfectos, obtienen resultados competitivos con los del sector privado, tanto en cantidad como en calidad.

En el periodo 1981-1993, los pensionistas han pasado de 4.626.612 a 6.652.187, lo que supone un incremento cercano al 50% en 12 años. La Tesorería General de la Seguridad Social, que ejecuta los cobros y pagos del sistema, ha tenido que afrontar un crecimiento importante en cuanto a su volumen de gestión: en 1981 constaban 682.884 empresas inscritas y 11.153.143 trabajadores afiliados, frente a las 1.014.441 empresas y 13.899.758 trabajadores de 1992. Pues bien, este notable incremento en el volumen de trabajo no ha supuesto un incremento en alguna forma proporcional de sus recursos humanos. Es más, en los dos últimos años han disminuido la plantilla en 2.600 puestos de trabajo.

En la Administración de la Seguridad Social los gastos de gestión suponen el 2,5% del presupuesto ejecutado. Si los comparamos con otra actividad semejante en el sector privado, como es la gestión de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, gestionadas por las denominadas Mutuas de Accidentes de Trabajo, veremos que sus costes de gestión alcanzan el 10%.

Los datos aportados constatan sin lugar a dudas que se ha incrementado la productividad de los empleados públicos de estos organismos. Eso está muy bien y nos felicitamos por ello (ya que nadie lo hace). Por ello, es natural que los empleados públicos no comprendan las imputaciones que cuestionan su trabajo y justifican las duras medidas que están siendo tomadas en su contra. Algunos sostendrán que la llamada "estabilidad en el empleo" de los empleados públicos justifica todo, sobre todo en esta época de crisis. Es una posición doblemente equivocada: ni existe una generalizada estabilidad en el empleo en la Administración (no todos los empleados públicos somos funcionarios), ni las deficiencias de los servicios públicos (allá donde efectivamente se produzcan; pues no se puede generalizar, como ya hemos visto) se arreglan mediante el procedimiento de empeorar sistemáticamente la situación laboral de los trabajadores del Estado. Muy al contrario, puede contribuir a su empeoramiento si se provoca irresponsablemente su desmoralización.

El empleo eventual en la Administración, como en el sector privado, se ha incrementado notablemente. Se han cerrado instalaciones, se han reconvertido organismos y servicios a la baja, se han anticipado jubilaciones y se han realizado expedientes de regulación de empleo y despidos (véase el caso del Ministerio de Defensa, la Agencia del Tabaco, Aduanas, etcétera). Nadie que esté bien informado puede negar que la crisis económica afecta también a la seguridad en el empleo de los trabajadores del Estado, aunque bien es cierto que en menor medida que en el sector privado.

Si se desea mantener y mejorar los servicios públicos gratuitos del Estado (cosa distinta sería plantear su liquidación y/o privatización), resulta necesario reflexionar consecuentemente sobre la reforma de la Administración y el papel de los empleados públicos. Es impensable que sin racionalizar la organización de todos y cada uno de los organismos de la Administración, dotándoles de los recursos técnicos y humanos apropiados, y poniendo a su frente directivos capaces y comprometidos con su función, pueda mejorarse el servicio a los ciudadanos. Por mucho que se precarice el empleo público o se degraden los salarios en las distintas administraciones hasta niveles ínfimos (que sólo potenciará la huida de los mejores profesionales al sector privado, fenómeno que desgraciadamente se viene produciendo desde siempre) no se conseguirá ese objetivo, sino todo lo contrario.

Si el Gobierno, que representa a la sociedad, lo desea realmente, podremos conseguir entre todos articular una Administración eficaz al servicio de los ciudadanos, los empleados públicos, como demostramos en los acuerdos Administración-sindicatos de noviembre de 1991, somos los primeros interesados en que ello se produzca.

Andrés Vilialba Anguas es secretario general de Comisiones Obreras de la Administración de la Seguridad Social.

viernes, 24 de agosto de 2012

CCOO CONTRA LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO

SÚMATE A LAS CONCENTRACIONES DE LOS VIERNES DIA 24 (11,00 a 11,30 H.) EN EL MINISTERIO DE ECONOMIA C/ Alcalá, 9 Y A LAS MANIFESTACIONES Y MOVILIZACIONES QUE SE AVECINAN (15 DE SEPTIEMBRE) CCOO manifiesta su radical oposición al Plan de Estabilidad Presupuestaria para los años 2012-2014 presentado por el Gobierno porque se basa únicamente en reducir gastos recortando salarios y derechos del personal de la Función Pública y desmantelando servicios públicos, medidas estas que reducirán el consumo y el empleo, ahondando más en la recesión. Estas medidas han supuesto, hasta ahora, el recorte de la paga extra de los y las empleadas públicas, la congelación salarial para 2012 Y 2013, la congelación de la oferta de empleo público para los años 2012, 2013 y 2014, el aumento de la jornada laboral, la reducción de días de libre disposición y la eliminación de los días de vacaciones por antigüedad, así como la modificación del régimen retributivo durante las incapacidades temporales por enfermedad, entre otras, lo que supone el mayor ataque a los empleados públicos en la historia de nuestro país, sumándose a la agresión que ya nos regaló el anterior gobierno. El Ejecutivo actual quiere, con estas medidas, hacer culpable de la crisis a las empleadas y empleados públicos, haciendo recaer un recorte de más de 14.000 millones de euros exclusivamente sobre ellos, ahorro que se produce recortando salarios y derechos, ignorando nuestra falta de culpabilidad y responsabilidad en el origen de la crisis y teniendo como único objetivo el de desmantelar lo público. Por último, es curioso contemplar como medidas como la supresión de los convenios colectivos para el personal laboral, la movilidad de los funcionarios y funcionarias o la retirada de días de vacaciones tienen un ahorro de cero euros, lo que muestra bien a las claras que la única intención del Gobierno al aplicarlas es desmontar todos los derechos de los empleados públicos, criminalizarnos y desviar la atención sobre los verdaderos culpables de la crisis: los políticos y sus amigos (los especuladores, los banqueros, los directivos de las grandes entidades financieras y los propietarios de las corporaciones supranacionales). Hacemos un llamamiento a las trabajadoras y trabajadores y a la ciudadanía en general a participar en las manifestaciones y movilizaciones que se están convocando. Nuestros derechos sociales y económicos del presente y del futuro dependerán de la capacidad que mostremos para movilizarnos, del entusiasmo que pongamos en ellas y de la confianza que tengamos en el poder de nuestra indignación. PRÓXIMAS CITAS : 24 DE AGOSTO C/ Alcalá , 9 de 11 a 11,30 h. No te olvides la marcha a Madrid el 15 de septiembre. CCOO y UGT vuelven a movilizarse este viernes contra los recortes

martes, 21 de agosto de 2012

¿Cuáles son la bandera y el himno españoles?
Publicado por Vicenç Navarro en su blog.
A raíz de las declaraciones a un rotativo catalán, ARA, del deportista catalán Àlex Fàbregas, participante en las Olimpiadas de Londres, en las que declaraba que no sentía el himno nacional español, ni tampoco, consecuentemente, la bandera nacional española, como suyos, y sí en cambio sentía la bandera catalana, La Senyera, y el himno catalán, els Segadors como suyos, se movilizaron las predecibles voces insultantes en las que todo tipo de epítetos se dirigieron a tal deportista y a sus defensores.

Tal reacción muestra, una vez más, la escasísima cultura democrática que existe en algunos círculos nacionalistas españoles que han expresado siempre gran hostilidad hacia cualquier proyecto que difiera del suyo. En vez de establecer un diálogo, la respuesta es siempre la misma. El insulto tanto verbal como físico, incluido el militar. No en vano, la Constitución española atribuye a las Fuerzas Armadas la garantía de lo que llaman la Unidad de España, artículo de la Constitución que entra en claro conflicto con el principio democrático de que la soberanía radica en la ciudadanía. Por lo visto, bajo esta Constitución, si el pueblo catalán decidiera separarse de España, ello sería impedido por el Ejército, aun cuando el resto de la población española así lo aceptara. En realidad, en tal Constitución no existe espacio para considerar tal posibilidad. En otros países en los que he vivido por muchos años durante mi largo exilio, tal posibilidad sí que existe. Así, en EEUU, el Estado de Texas tiene la potestad, si así lo desea, de separarse de EEUU, posibilidad que, por cierto, muchos estadounidenses de persuasión progresista favorecerían debido a las posturas profundamente conservadoras que tal Estado suele sostener y promover. En otro país donde viví muchos años, Suecia, se vivió a principios del siglo XX, en 1905, una separación de parte de su territorio, Noruega, sin que hubiera conflicto alguno. Un acuerdo sin más respondiendo al deseo de Noruega y aceptado por Suecia.

En España, el enorme y asfixiante centralismo del nacionalismo español, más presente en las fuerzas conservadoras que en las progresistas (aun cuando estas últimas comparten frecuentemente elementos importantes de este centralismo que caracteriza el nacionalismo español), ha siempre respondido con hostilidad y agresión (incluida la militar) a todo intento de redefinir tal Estado, aceptando la descentralización (el llamado Estado de las autonomías) precisamente para no reconocer la plurinacionalidad del Estado español. Es ese nacionalismo español el que también ha mostrado la Transición española de la dictadura a la democracia como módelica, presentando la Constitución como un documento ejemplar que era mejor no cambiar (excepto en nocturnidad y alevosía para obedecer el dictado del gobierno alemán en aprobar el pacto fiscal).

Las consecuencias de la Transición Inmodélica

Como he escrito en varias ocasiones, la Transición dejó mucho de ser modélica (ver mi libro Bienestar insuficiente, Democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país). Se hizo en términos muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban el Estado español. Había un enorme desequilibrio entre las fuerzas políticas que se sentaron en la mesa para diseñar tal Transición. Por un lado, las conservadoras, herederas de la dictadura, que continuaban teniendo un gran poder, controlando, además del Estado, la mayoría de medios de información y persuasión, mientras que las izquierdas, que lideraban las fuerzas democráticas, acababan de salir de la prisión o de volver del exilio. Ni que decir tiene que las movilizaciones obreras jugaron un papel esencial en finalizar aquella horrible y sangrienta dictadura. Pero los partidos políticos de izquierda que se sentaron en la mesa, tenían muy poco poder. Ello dio como resultado una Transición y una Constitución inmodélicas. El sistema democrático al cual dio lugar, fue muy limitado, produciendo un bienestar muy insuficiente. Lo que está pasando con las víctimas de lo que se llama en España “el franquismo” (que debería llamarse fascismo) es un claro ejemplo de ello. Una juez de Argentina tendrá que proteger sus derechos –respondiendo al Derecho internacional- debido a que los que tenían que haberlo hecho en España no lo hicieron. Y, España continua siendo el país con el gasto público social por habitante más bajo de la UE.

En tal Constitución aparece la bandera borbónica como la bandera española, y la Marcha Real como himno nacional, frente al cual los súbditos tienen que cuadrarse en silencio. Tales símbolos definen bien la España de la Transición. Pero para millones de españoles –que perdieron la mal llamada Guerra Civil (que fue un golpe militar fascista frente a un sistema democrático) y sus sucesores, herederos que luchamos durante la dictadura por la democracia-, ni la bandera ni el himno son los nuestros. Lo es por ley, pero no lo sentimos nuestro. En realidad, aquel himno fue el himno de los golpistas, y la bandera borbónica (con cambios mínimos) fue la que los golpistas enarbolaron en su victoria en aquella rebelión antidemocrática (que no hubiera ocurrido sin la ayuda militar de Hitler y Mussolini). Este rechazo es muy acentuado en Cataluña (cuya cultura fue brutalmente reprimida por los golpistas) y no solo entre los independentistas (cuyo proyecto no comparto pero respeto) sino entre gran parte de la población.

La bandera republicana

Mi bandera española (tan querida como La Senyera), es la bandera por la cual mis padres y su generación lucharon (perdiendo una guerra) y es la bandera que las fuerzas democráticas, también en Catalunya, defendimos durante la dictadura. La bandera republicana, que, por cierto, me alegra ver que aparece cada vez más en las manifestaciones de protesta que están ocurriendo en nuestro país. Esta bandera liga las demandas presentes de un mundo mejor con nuestras luchas y las de nuestros antepasados para establecer otra España, la España de los distintos pueblos y naciones de España, frente a esta España del establishment, cuyas políticas están causando un enorme dolor sin que tengan ningún mandato popular para llevarlas a cabo pues nunca estuvieron en sus ofertas electorales. En esta España, que un número creciente sentimos que no es la nuestra, hemos visto el intento desesperado de tal establishment liderado por la Monarquía, de utilizar los Juegos Olímpicos, para movilizar el sentimiento de apoyo a la Marcha Real y a la bandera borbónica, presentándolas como las españolas (porque así lo dice la Constitución), con la presencia activa de la Familia Real para conseguir crédito político de las merecidas victorias de los deportistas españoles. Todo ello como indicador de la necesidad que tal establishment siente de legitimar su poder que está perdiendo apoyo popular rápidamente.

Mientras todo ello ocurre, en España está prohibida la exhibición, incluso en las competiciones deportivas, de la bandera española que mejor representa la España democrática, ansiosa de libertad y solidaridad, por la cual millones de españoles lucharon, siendo fusilados, encarcelados, torturados y/o exilados por ello. A la vez que la Familia Real intentaba oportunísticamente promover su imagen en los Juegos Olímpicos, apareciendo siempre en los medios de información junto a los equipos españoles vencedores, en Alicante, días después, un ciudadano era sancionado en el estadio donde se jugaba el partido de balonmano entre la selección española y la argelina, por querer mostrar su apoyo al equipo español enarbolando la bandera española republicana. El gobierno español justificó tal sanción bajo el argumento que tal gesto “incitaba a la violencia” (Público, 16.08.12). Ello muestra, no solo el nivel de intolerancia antidemocrática de las derechas en España sino su enorme temor e inseguridad, conscientes de que hay la otra España que derrotaron que, no solo continúa existiendo, sino que está creciendo.

La necesidad de recuperar nuestra bandera y nuestra cultura republicana

Se me dirá que estoy despertando sentimientos que estarían mejor guardados a fin de facilitar la convivencia. Pero los que utilizan tal argumentación ignoran que el lado vencedor nunca adoptó ninguna medida conciliadora, que exigiría un cambio radical en su comportamiento con los vencidos. El caso citado de las víctimas de la dictadura es un ejemplo bochornoso de ello. Reconciliarse con esta actitud es olvidar nuestro pasado, que es lo que la izquierda nunca debería haber hecho. Fueron primordialmente las izquierdas las que lucharon por la democracia y fueron primordialmente las derechas  las que primordialmente la destruyeron, como ahora están destruyendo los pocos derechos sociales y laborales que se habían conseguido en el periodo democrático.

Una última nota. Es muy importante que en las manifestaciones de protesta luchando por otra España, la España auténticamente democrática, se recupere esta memoria, entre otras razones, para que la juventud sepa que son continuadores de otras generaciones que lucharon y a veces vencieron. Y parte de ello es no solo recuperar la bandera republicana, sino la cultura democrática que caracterizó a las izquierdas, incluyendo las canciones de resistencia antifascista. Sorprende que la multitud no cante en las movilizaciones de protesta en España, una situación que es casi única a los dos lados del Atlántico donde he vivido. En Italia y en Francia, las canciones de la resistencia antifascista aparecen una y otra vez en las manifestaciones. Y en EEEUU, los cantos de los movimientos sociales de protesta son la norma, cantándose con frecuencia lo que es, en la práctica, el himno de las izquierda americano, This Land is your Land. En España, tenemos muchas canciones que millones de voces cantaron en el pasado, incluso en condiciones de clandestinidad y en su lucha por la democracia, canciones que también se están olvidando como parte de este olvido histórico que las izquierdas han practicado. Reforzarían las posibilidades de tener un futuro, si tales canciones y tal cultura estuvieran también ahora presentes en tales manifestaciones que exigen –con razón- otra España.

martes, 14 de agosto de 2012

Concentración el martes, 14 de agosto de 2012 a las 21.30h Plaza de Cibeles Frente al Banco de España En agosto, las movilizaciones continúan Pulsa en la imagen para obtener cartel en PDF